viernes, 24 de febrero de 2017

Involuntario

Sabedlo: hay posturas imposibles,
como la de ese brazo diestro
que esta mañana se levanta indisciplinado
y se queda remolón al sentido obligatorio de las cosas,
y ya no vive en ti con la costumbre
que al gesto se deba, en una coordinación articulada
de movimientos siempre a favor de que el vaso de agua
no se derrame en contra de los días
maravillosamente harmónicos y equilibrados.

Y el brazo se hace más libre que tú,
se independiza de ti,
y sus movimientos corresponden
a un ánimo que nunca compartiste.

Y es él, tu brazo, que ahora se dispone
a cargar la pistola y sonríe porque observa en ti
un temblor, evidentemente involuntario.