martes, 12 de diciembre de 2017

Amo tanto la vida

Amo tanto la vida que sería inútil desprenderse de ella
sin dejar un rastro de miedo sobre las duras
piedras de la calle
y allí donde nadie espera que uno caiga
allí precisamente
escribir los mejores versos
apoyado sobre la mesa de madera
mojada por el vino derramado.

Y allí al calor tibio y feliz
no por casualidad
el pan y la sopa es gratis y está caliente
por lo que he decido escribir escribir
porque puedo estar mejor
y fumar tabaco y beber café.
Ahora depende de vosotros
que tenga una cama limpia y unas mantas
el resto será responsabilidad del verso
y unas cuantas hojas de papel
grapadas con energía y optimismo.

Así se va escribiendo la poesía
y se endereza el rumbo de la vida
y los árboles vuelven a crecer
torcidos como siempre
a pesar de los reglones mansos de la vida.

3 comentarios:

miguel ángel curiel dijo...

Querido Tomas

Siempre es un placer leer estos poemas, y ahora que se acerca la navidad, son como regalos de cristal o papel, cristal porque podemos empañar con tus palabras el vidrio de las existencias propias, y papel, porque podemos escribir en el las vidas, los sueños, los amores, al otro.
Enhorabuena por tu trabajo lento y constante, por tus poemas al Sur del Sur; encianos arena de las playas infinitas...

abrazos

Curiel

Tomás Rivero dijo...

Muchas gracias, querido Miguel Ángel por tus palabras, es una sorpresa muy agradable ver tu comentario en este blog de trabajo, bitácora para anotar los rumbos que la vida va marcando a este poeta letraherido y algo deshabitado.

Por estas fechas de navidad, cristal y papel, como bien sabes, ando por la luz del sur. Y en esa "otra búsqueda" me gustaría salir por la calles de Conil, como ya comenté en cierta ocasión, recitando poemas sobre una borriquita, acompañado al acordeón por Marcelo Stronvis, un polaco afincado en Cádiz, y a la zambomba por Carmen la del "Nene", una catalana que vive en Huelva, jajaja!. Pura fantasía o delirios de poeta. Al fin y al cabo se trata de amar y ser amado, que le quieran a uno sin condiciones. Una quimera.

Este año ha sido un poco ajetreado, nuevas emociones, algunas certezas se hicieron confusión y mi cuerpo se nota más transparente, ahora que las costumbres arrastran tras de sí una larga y eterna convicción. Tal vez leer en mí se hizo mucho más fácil, tal vez ayudó mi nuevo libro de poemas.

Un abrazo, poeta.

miguel ángel curiel dijo...

Querido Tomas

efectivamente hay una errata en la última frase que escribí en el comentario. Pero si te digo la verdad ahora mismo ni yo sé lo que quería decir en ese último párrafo final,
como anda mi cabeza últimamente, perdida.
No es mala idea lo de hacer un aguinaldo poético por aquellas entrañables calles de Conil, encaladas como nieve en las que estalla la luz, y entonces más fuerte y cegadora. (siempre al socaire para protegerse de los fuertes levantes que levantan la arena hasta los ojos y la boca -palabras de arena-) como nieve en la que estalla la luz, y entonces más fuerte y cegadora.

Aquí hoy envueltos en niebla, el algodón también blanquísimo.
Un abrazo y mucha suerte en la singladura de tu nuevo libro.
Que lo cojan muchas manos y lo lean.

Abrazos

M.