domingo, 29 de noviembre de 2015

Zambra

Acaricié tu sexo. Lo hice desde una inocencia que presumía suavidad y mórbido deseo. Supuse que una leve y abultada hendidura, que se fue haciendo alargada y profunda, sería el camino que llevaría a mis dedos al abrigo hospitalario de tu alma. Tus ojos se aquietaron, y mis párpados cerrándose, apresaron tu mirada. Una vara de fuego comenzó a arder en mi espalda. Toda concreción de la carne se anuda en mí. Todas las heridas para las reparaciones del alma se hallan en los pasos perdidos de tus muslos. Entre ellos sé cómo invocarlos, cómo conjurarlos para que se aparten, para que dejen paso a esa agitación que necesito. Allí en un sólo punto, en un solo centro, el mundo se hace torpe, aprende, se enriquece, evoluciona. Allí viven, se reúnen, empiezan y terminan los caminos, todas las estrellas. Una galaxia cabe, nombra, acecha, gira, se expande. Gimen las aguas. Sedúceme alegre a pesar de mis excesos; pese a mis recelos, hazme atractivo, señuelo, engáñame. He de creerme grande allí donde otros se empequeñecen. Quiero que me hables de un mundo inventado por ese hondo sentimiento de querer silenciarte. Y que me hagas mudo.

Herbarius: Inés González


jueves, 26 de noviembre de 2015

Monolito de Tycho

Y golpeamos con palos el hueso del animal,
su calavera de duro hueso,
jabalí que comió bosque,
y así desencajamos los colmillos de matar
que debían ser para nosotros
fundamental amuleto
ya para siempre y a lo largo
de toda nuestra vida: monolito de Tycho.

Nada significan los bombardeos,
los busco con la mirada y el oído
y espero una bomba con resignada paciencia.
Murió en un bombardeo aquella a la que amé desesperadamente,
y fue tal vez nuestra desesperación causa de su muerte
y mi absoluta convicción de que las ruinas existen,
de que ella y yo morimos en un bombardeo diario,
nuestras bocas de beso llenas de tierra y fuego.

Mondrian!!, Kandisky!!,Picabia!!
gritaba desde los escombros
y mi boca era paisaje
escupiendo pintura sobre las telas
intimas de la muerte,
ese sudario que envuelve la vida,
para siempre, para que la muerte sepa siempre
de ese disturbio borroso del paisaje,
mil veces escupido sobre los amargos bombardeos,
¡Oh! monolito de Tycho.

Ahora aquellos amuletos de piedra negra
ruedan entre las hojas del bosque.
Nunca nos protegieron del miedo.


domingo, 22 de noviembre de 2015

A veces sopla viento

A veces sopla viento
y notas en la piel una arruga perfecta
que marca un horizonte
sereno como el agua.

A veces sopla arena
se levanta una sombra
en la edad de tus ingles
y cual hombre que empieza
te notas más descalzo
incluso desde adentro.

Y a veces si te nombran
los lugares, los orígenes,
nace en ti un nudo sensato
que va atando tu memoria
al recuerdo terso de la carne.

Que no quede de ti nada
será la recompensa del pasado.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Tu alma de aljibe

Levanta la mano izquierda,
empuña el viejo portaminas,
pon aquí un verso como una noria
que gire en canjilones de agua y saque de ti,
como de un pozo
un cuerpo dulce y suave como una sábana
cubierta de pasado, de gloria,
de húmedas arrugas,
de viejas historias que olvidó el agua.

Recupera la memoria de aquellas lágrimas
que cayeron un día en tu alma de aljibe,
serena y rota
como los misterios geográficos
de un laberinto.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Galanterías y Ternuras

1

Déjalas crecer junto a los ríos
flores silvestres y otros brotes
galanterías y ternuras
para abejarucos que vienen
a beber de estas aguas.
Tus manos no los tocan
no los rozas ni los tomas
vienen las aves con algarabía
y en su vuelo entretienes a tus ojos
toda la mañana.

2

Aroma de jazmín una pluma
la brisa
todo lo leve me recuerda a ti
salgo a la calle
la luz se descompone
y tu recuerdo se repite.

3

Un pájaro
levanta el vuelo y se pierde
el sonido del mar está lejos
una voz de sal me abandona
una vez tuve arena entre los dedos
y tu nombre de ala rozó mis párpados.

4

Un ciego solo en medio de la noche
es guiado por pájaros negros
y su destino siempre es la luz.



Como un dibujo antiguo

Que pena que no me nombres
ahora que empiezo a desaparecer
de los diccionarios
y ya no soy una palabra
sino un milagro que merodea el agua
de los charcos
el agua de lluvia
gota a gota borrándose
de los labios sedientos.
Ahora que va cayendo lenta
la lluvia como un dibujo antiguo
y la oigo levantarse
entre nubes apagándose con la lentitud
de la belleza que tienen todas las criaturas
que van a morir.
Ahora había que lavarse delante del espejo
comprobar que la carne guarda algún despojo
de sueño irrealizable.
Ahora que la lluvia comienza
acabando por desaparecer.


martes, 3 de noviembre de 2015

Madrugada

Tus piernas y las mías entrelazándose
en la madrugada
despertándose
desperezándose
como cuatro ofidios de amor.