sábado, 31 de enero de 2015

Marcha 31.1.2015

Estuve en la marcha. En el futuro espero que salgamos a la calle con consignas concretas, de cara a un programa de luchas, y confiar en el voto (parlamento) lo justito. Hace 35 años algunos luchadores gritábamos al PCE y al PSOE que la lucha estaba en la calle y no en el Parlamento. No nos hicieron ni puto caso. No entraba en sus pactos con la burguesía. Y así nos fue.
Esta marcha me parece un éxito, independientemente del número de asistentes. Me gustó sobre todo las sonrisas reflejadas en los rostros de los participantes. Hay una evidente sensación de alegría, de haber recuperado las ganas de cambiar el curso de los acontecimientos. El futuro de Podemos reside en la presión de los trabajadores, de los ciudadanos, de la gente... Ellos deben de marcar la agenda de lucha de Podemos. De lo contrario hay un tic-tac, tic-tac.. de un tiempo que se volverá en nuestra contra.





viernes, 30 de enero de 2015

Sombra

Cuando regreso al sur
siempre estás esperándome
que en aquella luz
no puede haber
una sombra
tan en calma
deseando
mi sed.


martes, 27 de enero de 2015

Citas desinteresadas: Lezama Lima.

A mí nunca me ha interesado publicar sino hacer, como aquel noble inglés que escribía sus poemas en papel de cigarrillos y después se los fumaba y exclamaba: lo interesante es crearlos. Uno nunca se dedica a la poesía. La poesía es algo más misterioso que una dedicación.

lunes, 19 de enero de 2015

Rutas

Las rutas invisibles que trazan las aves
en su continuo viajar
la dibujan con sus picos
y las borran con sus alas.

Y en su memoria transparente
inventan cada amanecer
una ruta idéntica
a la de sus ancestros.

No saben lo que saben.
Por eso nunca yerran el viaje.

sábado, 17 de enero de 2015

Regreso


Poema

Sencillo para el hombre escribir un poema
tan solo necesitas
tener papel y lápiz y un motivo suficiente
para grabar tu tristeza
tu alegría
tu dolor o tu ira
y decirle por escrito al mundo
que eres el ser más completo
y hermoso
de este planeta deshabilitado.
Y así insistiendo
hora con buril sobre madera
hora en las cortezas de los arboles
o sobre piedra caliza
el granito o el mármol
-fíjate en el marfil que también
soporta la pureza de tus letras-
o en la piel de esos cadáveres salvajes:
pellejos de león pantera o hiena
sobre ellos
puedes ir dejando por escrito
que nunca te entendieron tus amigos
tal vez por que no quisieron pasear del brazo de Pessoa
o que jamás leyeron un verso de Pavese
ni el barroco florín haciendo sangre
de Don Luis de Gongora y Argote
o supieron tocar la lira humana y categórica
de los cojones chilenos de tal De Rokha.
Ni que decir tiene
que así no se consiguen amigos
que duren una inteligente velada
ante lo cual antes de que te señalen
con el dedo de matar
te retiras a una cala del sur
te trasladas a los bosques del norte
te pierdes con los menos y los raros
y construyes un andamio de castillos de fuegos
donde arde tu lengua de cereza
y se quema tu rostro de centeno.
Buscas más mucho más
que simples plataformas
mucho más
que esta absurda vida de tantos solos
levantando la mano con un lápiz encendido
pretendiendo todos ellos
uno a uno dos a dos o tres en multitud
escribir el poema que tú
lector empedernido con velas apagadas
ser solitario donde los haya
nunca jamás
vas a poder escribir.


lunes, 12 de enero de 2015

Babel

Escribí poemas pensando en su libertad,
quería que no tuvieran centinela,
el verso libre con alas,
las jaulas volaban en lo más alto del cielo.

Mas no era solamente eso.

No se trataba de poner versos sobre versos
y hacer una escalera hasta las nubes,
una posible Babel de lenguas trabadas.
No. La escalera
había que subirla con cierta ligereza,
saber a qué altura del verso va uno,
decir por qué la escalera
tiene un número determinado de peldaños
y saber caerse a tiempo de ellos
rompiéndose la crisma de la responsabilidad
con alboroto y un noble sentido del ridículo.

después pedir disculpas al respetable,
pues como queda demostrado
uno no sabenunca -todo junto-
por qué escribe poemas
en nombre de una supuesta libertad,
comprobado por el transcurso del tiempo
que Babel fue una confusión
de libertad perfecta.

viernes, 9 de enero de 2015

Infinitamente

Si tuviera que decir cuánto te quiero
ya no usaría los dedos para contar los días
ni las manos usaría para sentir tus venas.

Si tuviera que decir cuál es mi deseo hoy
que acaba de encenderse en el mundo
una vela, y un barco con nombre de aire
surca las aguas templadas del planeta

diría que estoy solo porque nací solo
como tú naciste sola y estas sola
o como la humanidad no sabe
que su soledad de todos nos duele
a ti y a mí infinitamente.


miércoles, 7 de enero de 2015

Espalda

Se me llena de paciencia la espalda
y con un árbol de niebla en los brazos
acarreo sobre ella
grandes haces de penumbra.
Miro en las ramas más altas
pequeñas gotas sostenidas
de agua en equilibrio que caen
lentas y ya no son nada.
Antes de tocar el suelo
la beben los pájaros,
pero entre las hojas muertas
y la hierba triste
corre un hilo de fría agua
que me hace recordar
que es la mañana la que pone luz
a todas las miradas.
Si yo veo soy menos ciego,
pero con los ojos cerrados
me abraza un hombre muy fuerte
que con sus grandes manos
aligera mi espalda del peso
de esta larga sombra.

He arrojado un trozo de madera
a la corriente de un río.


martes, 6 de enero de 2015

Piedra

Tú que regresas de una piedra
a la que estuviste atado,
y allí había reptiles
y de sol a sol 24 horas iguales,
la sal sobre tu piel
y el miedo secándote la lengua;
tú que viste, sinuosa y lenta,
venir hacía ti la serpiente viscosa,
insectos carnívoros,
algún ave carroñera,
y hoy puedes hablarme
de aquel paraje singular,
dime
¿viste si algunas de aquellas flores
quisieron darte agua?
Yo las sembré con esa condición
si algún día un hombre
que no fuera viajero,
se abrazara como tú
a la soledad de la tierra.


Amasa barro

Amasa barro. Pon frente al rostro
que te mira y haz que piense.
Una tela roja manchada de sangre
pasa desapercibida en la noche.
Pon un manantial de savia y leche
en las fuentes yermas que ella te ofrece
para lavar tus manos.

Mira si eres tú ese que canta
en la profundidad del bosque
y no dudes de que tu voz tiemble
ante la fuerza y la soledad de la naturaleza.
Todo habrá finalizado al final del día.
El otro aún te observa y te habla:
“Nada de lo que yo amo es amado
llevo un limón azul entre los dientes
toqué el fuego desprendido
de los árboles que ardían bajo la lluvia.”

Abajo en la ciudad nublada
se urdía un crimen entre sábanas y semen.
Tras unas cortinas un hombre llora
por una tristeza de transeúntes
que nunca invade su alma.
Pasan sobre él sin detenerse
las risas de unas muchachas
que se creen felices
alborotando sus cuerpos
frente a los cafetines del barrio.

En esas ciudades siempre hay un obrero
con su mariposa incierta
su chaqueta proletaria
su herrumbre de alas
y un polen de siglos libados
en la pobreza gentil de sus bolsillos.

En esas ciudades se convive
con una soledad que va deslizándose
viscosa cual serpiente erótica
entre los muslos de la noche plácida.