Ahora todo es más normal
de lo necesario.
Tú tienes un espejo para ti
y yo un armario repleto de ropas
viejas y usadas, nuevas y sin estrenar.
Vivimos rodeados de imágenes que salen de los muebles,
puertas desvencijadas,
cajones descolados,
y nos vamos transformando en lo que somos.
Sumamos contrariedades
a todo lo que ya fuimos,
y pensamos en escapar
mirando nuestras manos y nuestros pies,
tocando el suelo y las paredes
sin movernos del sitio,
sin mirar a otro lado,
y un halo de nieblas
rodea nuestros cuerpos inmóviles,
a ratos invisibles
y que el tiempo fue dejando inertes.
Ahora todo es más normal
e innecesario.