viernes, 11 de abril de 2014

Dezliz

Dice Jorge Wagensberg, (doctor en Física) que el ser humano es individualmente inteligente y colectivamente imbécil.

Esta reflexión está sometida a un total estado estático, que es sin duda el estado real de todo individuo que pretenda serlo. ¿Se puede estar en contra de ser individuo, o de ejercer como tal, como el sol puede estar en contra de estar condenado a arder? Y en esa pasividad individual, puede que Wagensberg tenga razón, ya que un individuo que se precie de serlo nunca se contaminará del colectivo, o con el colectivo. Dicho esto, el ser humano individualmente es un imbécil y colectivamente inteligente. Dando por echo que es el colectivo el que te impulsa a pensar en nombre de los otros y nunca en el propio. O también digamos que es el propio pensamiento individual, el que, al ser sometido a la no inteligencia del colectivo, lo que de alguna manera (¿razón de ser?) le hace al ser humano individualmente inteligente. Individualmente inteligente, por tanto, de sí mismo, claro. Ante lo cual este individuo, debe al colectivo que pueda pensar como él cree que piensa un individuo.

Jorge Wagensgerg insiste que la contradicción entre la independencia individual y la colectiva, esa "terrible" convivencia, debe ser resuelta por la justicia. Y en esa estamos, esperando a un juez (¿tal vez 250 sería un buen número?) que nos diga qué justicia necesitamos.

Hoy me levanté menos poeta de lo normal y más ordinario que lo profundamente filosófico.