jueves, 10 de octubre de 2013

Un infundado

Empecé a sentir cansancio
y escribí poemas rápidos
que sólo duraban media solución.
Yo quería ser breve
recuperarme
descansar
convalecer.

Era la mejor medicina
para el lector.
Mi salvación.

Empecé a sentir cansancio
sometido a la lectura de mis poemas
por lectores perezosos
que sólo aportaban media solución
o un ¡¡venga!!

Fue la mejor medicina
para mi escritor.
Ellos al fin consiguieron hacer de mí
un infundado.


El éxito

A propósito de las enmiendas y las encomiendas
sometiéndose a esa plausibilidad
de las cosas que necesita un poeta
-¿su poema?-
y también de los enseres:
de los enseres
¡cómo no, de los enseres,
¡leches!
el éxito,
apártense
¡¡que llega!!