Empecé a sentir cansancio
y escribí poemas rápidos
que sólo duraban media solución.
Yo quería ser breve
recuperarme
descansar
convalecer.
Era la mejor medicina
para el lector.
Mi salvación.
Empecé a sentir cansancio
sometido a la lectura de mis poemas
por lectores perezosos
que sólo aportaban media solución
o un ¡¡venga!!
Fue la mejor medicina
para mi escritor.
Ellos al fin consiguieron hacer de mí
un infundado.
Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
jueves, 10 de octubre de 2013
El éxito
A propósito de las enmiendas y las encomiendas
sometiéndose a esa plausibilidad
de las cosas que necesita un poeta
-¿su poema?-
y también de los enseres:
de los enseres
¡cómo no, de los enseres,
¡leches!
el éxito,
apártense
¡¡que llega!!
sometiéndose a esa plausibilidad
de las cosas que necesita un poeta
-¿su poema?-
y también de los enseres:
de los enseres
¡cómo no, de los enseres,
¡leches!
el éxito,
apártense
¡¡que llega!!
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