…si amanezco pálido,
es por mi obra; y
si anochezco rojo,
es por mi obrero.
-César Vallejo-
Adoba con el tiempo una costra
lejana
que no delimite su escozor
sólo
a las penumbras
sino que más adentro habite
ese hueso de tétanos añejos
para así
la opción al sufrimiento
se quede en la dúctil planificación
y el tacto
sólido
número
materialice la realidad
de que los cuerpos
siempre
tienen la posibilidad irrefutable
de apoyarse en el quicio de las
puertas
esas
que abiertas
dan paso a la lucha del hombre
al amor
y a la dialéctica de la niebla
y la oscuridad.