sábado, 16 de junio de 2012

Nieve

Para Elena Belmonte

De esta casa salieron palomas encendidas, sus alas eran de agua y en su pico húmedo llevaban un grano de sal para sembrar el mundo de sustancias originales.
Y hoy salen de tus dedos paisajes trazados con líneas negras sobre campos verdes y azules. De tus dedos manan líquidas transparencias, sangre de amapola blanca y sueño, ágata y rubí. Y es que tú vas débil y yo me siento rechazado. Un escritor siempre es el hombre que más letras añade a la nieve. Sus miedos ocultos en el fuego.