lunes, 26 de marzo de 2012

Amiga

Amiga, si tú también quisieras
habitar calamidades, uvas negras,
felonías, melocotones,
comer conmigo anchoas, recitar a Vallejo,
hacer lentejas, beber vino,
pensar que ya nada puede
remediar el desastre de esta loca vida,
mastodóntico siglo XXI dispuesto a todo.

Si tú también quisieras, amiga, recordar conmigo
que mi madre cantaba, recitaba
y soñaba con el aire,
-a veces sus manos limpiaban mi mirada-
Recordar, junto a este ventanal o tranvía por el que pasan
los últimos recuerdos bañados en aquellos
delicados manjares.

Si tú también quisieras recordar, amiga
que la vida es la vida,
como lo es un paisaje cualquiera
repleto de trajes;
y que hoy frágiles y desnudos
tiernos o mansos
vamos tocándonos
en un dulce viaje
que nunca termina.

Neruda

















No basta conformarse con la acción devastadora de los cerezos
en flor en los corazones de los enamorados. A veces, muchas
veces, estos salen a la calle y lo gritan. Tal vez para que les miren,
o los envidien. O los quieran.