jueves, 9 de febrero de 2012

Muerte del poeta

Te has ido, yo sé que solo
y a mí me toca
con mis dedos impuros
abrir tu boca
oír en ella tu lengua
pérfida y pecadora
hombre embravecido y pequeño
inútil
poeta y músico a la vez
que en tu alma crepúsculo te agotas
cada tarde
cuando llega un entreluces
y se apaga el suave olor de los limones
que perfumaba tu nombre.


Optimista poeta

Yo era optimista como una ola
falleciendo en su playa.
Yo era optimista como una pradera en flor.
Yo que era un ser invencible sin miedo al apóstrofe
me oculté en camisas de anchas mangas
y cuello profundo donde se ahogaban los rapsodas.
A nadie di pie ni señas apagué el fuego.
Yo optimista como un gusano
capaz de ser pupa bajo los aguaceros
repté a mariposa
volé
fui de nuevo alevilla resucité
junto a los bordes desordenados de los lagos.
Sobre una página de barro y luna
inicié un vuelo sin rumbo.
Torpe fui nómada
como los ojos malvas y solos
de los caminantes.


Y voy dejando un reguero de pétalos
que pacientes hormigas
convierten en flor.