viernes, 30 de noviembre de 2012

La oculta armonía del cero

Llena de altibajos la noche se prolongó
por derroteros varios.
Yo te miraba y con un murmullo de dientes apretados
te avisé, te quise, te sujeté.
No fuerces la aritmética sonora
donde añade cifras el ruido de los números,
no sumes, no multipliques,
resta o divide
y serás el vencedor de muchos.
Si hechas cuentas
siempre te saldrán errores
errores múltiples
de aquí y de allá,
aquel año,
un día sin que tú te dieras cuenta
capaz de encontrar lo más hermoso
por ejemplo la besaste o te besó.
No fuerces los errores del número primo,
hecha leña, si quieres, al orden mundial
y observa su implacable matemática
de continuos desastres
dónde no se tiene en cuenta
la oculta armonía del cero.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Vida secreta

                                   Dedicatoria: Caracol

uno

Bajar las persianas
comprobar con los ojos y las manos
que estoy en lo cierto.

dos

Hay una insuficiencia en todo,
un todo no completo.
Miro el universo.


                   Toti Soler: Vida secreta.

martes, 27 de noviembre de 2012

Adversario

Adversario di diverso si duele ahí
donde el humo íntimo despide del papel
helénicas llamas
o donde el pelo en velo se levanta
onda al viento suplicio.

Di si sobrando celo a la humedad
mirar el desierto puedes
ahora que apura la memoria
su copa de fuego.

Por eso viene el tiempo
con olor de esperanza
sacudiéndolo todo.

Adverso ¿duele di el adversario
primigenio?


Without Mercy (I-II) - The Durrutti Column

 

Un blues

Son las seís. Es decir casi las doce. Un blues: Howlin' Wolf: Back Door Man. 1969.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Neorrabioso / Poesía o cero


Citas desinteresadas

...seres, instituciones, todo
me rehuye o me segrega
todo se aparta de mi lado, hiedo
Soy un peligro público que emana*
la pestilencia de la libertad.
-Felíx Grande-

(*En la primera versión de Felíx Grande
“emana”. En posteriores correcciones, “expande”)

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ahora que los ciudadanos por fin somos poetas

Hay siempre, en definitiva, una esquina del velo que exige expresamente no ser levantada, y piensen lo que quieran los imbéciles, ésta es la condición misma del encantamiento.
-André Breton-

Hoy alguien en un sueño dijo:
ten, en esta garrafa
hay agua limpia, por si toma moho
la del corazón.
-Olvido García Valdés-

Referentes

La cita de André Bretón dice que una esquina del velo exige no ser levantada. Y que cuando tengas moho en el corazón acudas al de Olvido García Valdés que en su garrafa de sueño hay agua limpia. Seguí las instrucciones. Así que me situé en el paisaje y me puse a recorrerlo sin rozar el velo. Respeté la magia, sopena de ser un imbécil bajo las garras de Bretón. Antes de emprender el camino, para que no me echara del sueño Olvido, tomé agua limpia por si durante el trayecto tomaba moho la del corazón.

En 1815 Heinrich Stölzel incorpora el mecanismo de pistones a la trompeta. El jazz tiene una deuda con él. Algunos poetas intentamos incorporar una pieza de jazz al poema. La poesía necesita un soporte de acero: el martillo, el yunque. Fuelle, brasas. Rojo vivo. Un martinete. El metal. Ascuas. La trompeta. Esto no es coreografía estalinista. La poesía que se hizo bajo el realismo socialista es lo peor y lo mejor que hemos hecho como clase: lo mejor porque lo intentamos. Lo peor porque lo hicimos bajo la atenta mirada del estalinismo. Vladimiro (Maiakovsky) no lo consiguió.
Después de aquel paréntesis, hoy más que nunca, buceamos en las piscinas literarias de la burguesía. Nuestros dirigentes obreros proceden de la burguesía, nuestros poetas también. ¿Qué hemos hecho como clase hasta hoy? Trabajar como hormiguitas idiotas. Nosotros trabajamos para ellos y ellos entran en un dulce trance de contradicciones, producido por el ácido fórmico que obtienen de nosotras. La burguesía sufre contradicciones que sí merecen ser contadas. Sus contradicciones son de calidad, las nuestras en cambio viven a expensas de las suyas. En nuestro devenir cotidiano, nosotros les proporcionamos los ingredientes y ellos saben cómo digerirlos, darle un orden al desorden espontáneo de todo aquello que les llega del resultado final de su “convivencia” con nosotros. Ellos sí saben contarnos lo que les pasa, y nosotros, perfectos imitadores por tiempo y tradición, perseguimos enternecedoramente sus intensas pasiones. Sus cuidadas emociones se enseñan en la Universidad, de donde salen especialistas. Y cuando lo culto se “democratiza”, o se pone al servicio de los menos, crean escuelas menores a las que llaman talleres literarios, para que de una vez por todas los reacios entendamos practicando, que a estas alturas de la historia ellos han hecho literatura de su vida; y que ese pedigrí, rango, casta o distinción, ya ha alcanzado una altísima cotización en el mercado y mucho prestigio en la sociedad. La suya, pero sobre todo en la nuestra, porque no hay nada más notorio que conseguir el Nóbel con el mono manchado de grasa, o yeso, y que los los tuyos te saluden en la cola del "DIA". Autoestima. Pero tus padres lo que quieren es que logres una buena colocación. En caso de que vayas por libre y “sepas sin saber” te titulan autodidacta, y desde el reconocimiento oficial de tu ignorancia, ya puedes presumir de que eres un ignaro con medalla. Yo, debe ser porque mi inconsciente, históricamente plebeyo, puede más que una hipotética línea dinástica que no me ampara, soy un malísimo alumno, y aunque llevo años imitando el estilo inmaculado del burgués, aprendo poco. Como mucho, para crear clima (atmósfera propicia) imito al burgués escribiendo estas líneas mientras suena un blues del Mississippi cantado por Howlin’ Wolf: The Red Rooster. Sin duda esta es otra lección. O quizá porque soy blanco, hijo de occidente. En ambos casos porque tengo la tripa llena. Importante para poder escribir y escuchar un blues.

El sentir general es que el poema no sirve para nada terrenal. Dicen que es fantasía, un simulacro. Aquello que se le decía a la novia, a la madre. Dicen que la poesía pertenece a ese estado “superior” (¿contemplativo? ¿místico?) donde, con vocación de equilibrista, uno puede mirar el interior de su carne para ver los conductos a través de los que se alimenta el alma. En su descubrimiento uno emplea todas las energías. Allí tan solo hay arterias, venas, epitelios, y puede que en el torrente sanguíneo haya versos, muchos versos, mas es el óxido nítrico el desencadenante de la erección, y el colesterol del infarto. Los poetas somos unos tontos sentados. Unos tontos con conciencia estrambótica. La conciencia, ese estado de percepción, que mira más al futuro que al presente y se enfrenta a la realidad fea, triste y sucia. Así que los poetas sabemos cosas que no sirven para nada. Somos unos tontos sentados, y otras unos jodidos provocadores con sangre en la punta de la lengua. Los poetas somos referente moral, para una sociedad que se come los mocos. Como a Pablo de Rokha me duelen los cojones de las medulas categóricas de ser un autodidacta borracho (empapado) del arte de otros. Lenin, emocionado ante el arte “enemigo”, sentía ganas de arrullar a los artistas burgueses, y después se quería cortar la mano con la que los había acariciado.

El poeta escribe versos, que una semana después, no sirven para nada, y un mes antes nadie los necesitaba. Nunca como hasta hoy se había hecho un producto del poema. En esa “lógica”, el producto debe durar tan sólo días, horas, minutos. El uso dado a los tomos de poesía en los últimos 50 años fue adornar librerías de madera aglomerada. Algunos pudimos leer poemas al desenvolver el bocadillo de sardinas. Hoy, millones de poemas arden a diario en las factorías de post-producción, y en los balances anuales de beneficios.

Pero el poema te va curando durante todo el viaje, y a la larga, o sea, cuando ya te has muerto, sus toxinas disuelven la carne, pero salvan la memoria, que es una ola inmensa de oxígeno de color azul flotando cerca de las estrellas, dispuesta para ser recogida por los ojos curiosos de nuevos navegantes. Algunos egoístas lo usan para respirar. El poeta sabe que de sus sueños vivirán los hombres futuros. Así que se trata de romper, hacer trizas la palabra. Se escribe para dejar de escribir. El poema debe parar una guerra antes de que estalle. Cambiar el resultado de unas elecciones que no se han celebrado. Y si le lees un poema a un patrón, al segundo siguiente debería darte empleo. Al solicitar la hipoteca, una biografía de poeta debe acelerar su concesión. O la nómina se hace poema o continuaremos perdiendo poder adquisitivo. Mientras, seguiremos aquí en la ciudad, todo el tiempo entre ladrillos. Pateando el barrio. Los barrios bajos. Los barrios altos. Los bajos, hechos de palabros. Los altos, de frases hermosas. Las calles sin salidas, de exabruptos y tacos. Las avenidas, de versos luminosos. Las plazas, de retrueques. Y el mercado de la literatura, de Ferias del Libro e ingresos multimillonarios. Los editores también, ya, por fin, pueden financiar las guerras. La vida, dándose forma cada día a sí misma, contempla el extraño, triste y solitario producto en que nos hemos convertido. Esa costra de miel y barro que es la vida, permanentemente maravillada ante nuestras abluciones. Hagamos de la derrota nuestro único triunfo.

La poesía es un eterno dolor de muelas, muelas de las que el alma carece, así que te duele el alma: esa especie de seda para llevar puesta una sombra de agua que nos calme la sed. Y como todo es búsqueda, ambición y deseo, en ese deambular, el alma se transmuta en metafísica que deviene en conciencia social, enrolándose esta en las asambleas de afiliados del sindicato, donde produce en los corazones de los allí asistentes, arrebujados nidos melancólicos hechos con papel y sangre de analíticos debates, debates que intentan demostrar que los tres puntos del convenio están por encima de los versos inmortales de Don Antonio Machado: “Un golpe de ataúd en tierra/ es algo perfectamente serio”. Vano intento. Y si ellos aprueban los textos por amplia mayoría (tenaces bolcheviques) uno aprueba por amplía minoría (absurdo menchevique) que la poesía se hace con los restos del íntimo naufragio, se hace en soledad o con uno, de la memoria de unos besos, y también “con amor o con odio”, que diría Pavese, pero siempre con la violencia de un salvaje. Que nuestra carne arde quemada por el oxígeno, y en su larga combustión, las llamas precisan ser avivadas para que de ellas nazca el cero, el círculo que elevándose alcance la esfera celeste, en el eterno viaje. Viva la clase obrera. Viva porque ya no cambiará el mundo, el mundo nos va a cambiar a nosotros por la barbarie. Salud, porque con dolor de espaldas no nos moverán.

De niño creía que la profesión más dura de todas era la de actor de cine, ya que más tarde o más temprano, al pobre actor le tocaría morir en alguna película, por “mandato” del guión. Más tarde supe que en las “pelis” no moría nunca nadie. Me dije: “Entonces tendré que hacer poesía. Alguien debe asesinar a estos fingidores”. Heme aquí, toda una vida intentando matar al actor de cine, que muere para estar vivo en la película siguiente. Yo también interpreto mi papel, con mayor o peor fortuna. Y los poetas somos seres inmortales.



viernes, 23 de noviembre de 2012

Las alas encendidas de este minuto

Este hombre que no va conmigo
pero que presiento o sospecho tras de mí
sacando hilvanes de sangre de mi espalda,
se pregunta de qué descosidas cicatrices
nació la palabra ausencia,
la be de ravia,
la uve de libre,
la hache mundana que mira
los pies desnudos,
las alas encendidas de este minuto
que vuela
perdido para siempre
en un sueño que se realiza
cada vez que te miro
cada vez que te beso o que te abrazo
mientras planchas volubles camisas
o enhebras agujas de saliva
y coses a mi espalda el desorden de la tuya
a las tres de un mañana
a esa hora tan hermosa
en la que te despiertas para amarme de nuevo
como sólo los amantes vuelven
hermosos
más hermosos que nunca.



jueves, 22 de noviembre de 2012

LÁSCIBO (los tres cubos)

Invento la realidad que existe
y esta existe de otro modo
como existe la luna si la mira un loco.


Todo estaba escrito: amor era el misterio.


Pétalo caído que inspira a los poetas

tan sólo un murmullo tenue de pisadas
sobre la leve grava del sendero.





miércoles, 21 de noviembre de 2012

Blues en su punto

No es un buen blues. Es un blues entrañable. Canned Heat al servicio del señor marrón,
Clarence Gatemouth Brown.
Son las doce. Mañana será un día más. Borramos fechas del calendario con sangre.
¿Azul?

Mensaje en una botella de corcho

Yo soy un invisible. Tú eres una invisible. Veinte millones de obreros de este país son invisibles, creo que lo sabes, o te haces la tonta, o como si fueras hombre, incluso el tonto, para seguir con una venda en los ojos que no le hace ningún favor a la poesía, o al país. O a los tuyos, ciudadanos con traje de faena. Parias desclasados. Y amas a la Pizarnik, tal vez a poetas de otras tierras, a Edmundo De Ory, a fulano de tal, a perico de los palotes. Pues si es verdad tu amor por ella, por él, por tantos, ama lo que ellos amaron. Busca qué le dolía a la Pizarnik. La risa gaditana y mordaz De Ory. Murieron en nombre de los invisibles que poblamos la Tierra. Un planeta que se llama Tierra, ¿no te llama la atención? Tierra. Agua. Barro. Formas. Minerales. Un huevo de serpiente. El vuelo de un albatros. Autopistas hacia el mar. Autopistas como acantilados imposibles. Altos horizontes. Una calle repleta de vida. Un hombre tras el cristal de su ventana. Pessoa escribió "Tabaquería". Nos vamos dando forma. Tú a mí, yo a ti. El vestido, la camisa. Los huesos pensativos. Un rato de maquillaje en la penumbra. Tus pies y las huellas. Ni tú ni yo tenemos la misma forma desde que compartimos. Desiguales. Parecidos. Hoy soy otro por decir palabras viejas. O por no creer en ellas. Palabras para ti. Para este otoño vestido de hojas muertas. Estas palabras que son agua y barro. Formas. Para siempre, para nada. Pasa el tiempo y sigo sin saber qué ven tus ojos dormidos, fijos a mi espalda. Tus manos en la noche. En mi pecho. Las ciudades, los ríos. No sé qué hacer con tu prisa, esa urgencia. Con los búcaros de plomo y sus flores de siempre. Con el marfil, la plata. Los armarios. Aquel objeto diminuto con paloma incorporada. Con los textos, con algún poeta. Con el comité central. Con los girasoles, que no dejan de joder con la pelota, girando en torno a un sol sin portería. Y quiero vivir ignorando las formas que le dan nombre de insolencia a tu sonrisa. Siempre te quiero. A pesar de ti. De mí. A pesar de los dos. A pesar de que es imposible amar, nosotros nos mordemos y se caen las hojas de un árbol próximo. Mariposas de un ginkgo biloba. Paseo, camino, me cruzo. Hago calendarios. Entierro tesoros. Trazo. Pienso. Todo se recicla. Somos eternos. Cenizas por tanto. El soplo frío de un dios enfermo. Tus rodillas. Hay un pez en tu vientre. Tengo besos pegados en las pestañas. Vendrá la muerte de Pavese y tendrá tus ojos. Vuelan los míos, como un absurdo defecto. Albatros. Si encuentras estas notas, destrúyelas. Haz simiente o abono de estas palabras. De este deseo, un recuerdo. Un pergamino de cristal a la deriva del alma encerrada de los bosques. Del mar. Del mar siempre. Fin del mensaje.



martes, 20 de noviembre de 2012

Fleetwood Mac: Black Magic Woman

Mujer de magia negra. Peter Green. 1973. Fleetwood Mac.
Después vendría Carlos Santana con su excelente versión.
Pero esta es mi preferida. La original.
El blues de las doce del medio día que tan sólo marca la
mitad de una noche azul.

lunes, 19 de noviembre de 2012

sábado, 17 de noviembre de 2012

Suicidio

Llueve. Cae agua de revólveres y Vallejos peruanos
hartos de ser hombres de Nerudas, ahora que el tiempo
aquí en el norte, es de un otoño infernal,
plástico, malva, amarillo y ocre.
Ahora que mi querido poeta
Gabriel Ferreter cumplió 50 años de suicidio,
justo cuando tenía 50 años de edad madura
y permanente (27 de abril de 1972)
y era, según él, la hora, la edad perfecta para morir
de un poeta, antes de empezar a oler a orines,
o antes de empezar a tener problemas
con los hombres de tu tiempo,
con las cosas de tu tiempo, con las sobras
de tu tiempo, o el hambre insaciable
establecida como norma o exigencia,
y al que ya no corresponde el diente afilado
de tu lobo,
o el colmillo clitoriano de ella no afecta azul
al bálano creciente que tú usas
en ese viejo revólver vallejiano que escupe
tintas de lluvia con borrones de tristeza. 
cae agua de revólveres mojados,
de tejas vanas grises viejas
con goteras de siglos, con espasmos de siglos,
aquellas nobles torres De Chirico
metafísicas, impávidas de plazas soñolientas
al paso lento de un hombre
que busca su propio laberinto de ausentes.
Ausencias del tiempo de Gabriel
del tiempo del poeta,
del tiempo de Ferrater en aquel viejo bulevar,
sujetando en su mano de acertada puntería,
el güisqui dorado de eternos otoños,
mientras unos hielos transparentes,
iluminados de vida y primavera le dictaban
parte de su poema "Floral":

En la primavera del cincuenta y dos, las muchachas
llevaban blusas blancas y rebecas
verdes, y por las calles oíamos el susurro
precipitado de flores y hojas en que se esconden
los negros cueros del almendro. Cumplí
treinta años, que también me parecen prematuros.
Pero ningún viento los ajusticia.





viernes, 16 de noviembre de 2012

Oficio

Arriba y abajo siguiendo mis pasos
o pisando mis huellas
calcé definitivamente
el pie que me acompaña
e hice mi obra con altiva paciencia
rastreando cual apache
los cascos heráldicos de Kafka
por ejemplo
u otros por ejemplos
como De Rokha y muchos más
alguno más llegó hasta mi cuerpo
que respiró la libertad con agallas de anfibio,
o con bífida lengua.

Y soporté hermético y soberbio
al poema caído en medio de mi frente,
que doblegado, abatido, impávido,
gravitó dulce y amargo,
fue reptando como una serpentina animal,
como una hiedra eterna y duradera;
por todas mis tripas y mis hernias
fue dejando zarpazos de una gravedad
próxima al herido de guerra y su dolor hospitalario.

El poema felino, con enérgico vigor, me ha sometido
durante años. Obligado a pergeñar las heridas a los versos
o la letra a la palabra, he ido atando con hilos de sangre
el amor o la vida, el odio o la muerte,
añadiendo cabo al cabo, zurciendo y repasando
o corrigiendo sus afilados bordes,
así hasta vencerle un poco,
el poco de los genios o de los elfos o de los magos,
la brizna
del que somete a esclavo el remiendo literal,
a plancha el patrón tipográfico,
a magistral borrador elegías y loas.




jueves, 15 de noviembre de 2012

Huelga General / Recortes / El futuro

Estas dos pancarta me gustaron ayer. La primera por las "malas intenciones"
que escondía con respecto a los recortes. La segunda, por eso que llaman
expectativas de futuro. Fue ayer en la mani de Lugo.
Por cierto, una Huelga General graciosa. Es mi valoración política.
Hasta la próxima.


















miércoles, 14 de noviembre de 2012

Tu boca me sabe a tierra de hormiguero

…una tierra trabajada, cavada y socavada,
removida y leudada con esmero.
………………………………………………………
Tierra de topo, le dije una vez más,
hacer el amor contigo es tierra de topo.
-Pepa Barrios-


Aquí brotan alas,
de pronto se abren pétalos,
allí nevadas soluciones,
en medio de la noche
la voz de un hombre que llama
y nada le responde,
la lechuza acunándose en su llanto
de gemido viscoso deslizándose
en la blanca luz de la luna.

Reposar en tu vientre
tiene el sabor de flores amarillas
cortadas bajo la fría escarcha del invierno.
Tomo tu cintura y en mis manos
el nido de tu vientre cobra vida
se llena de orígenes y simientes,
tu surco va arándome la carne,
tu boca me sabe a tierra de hormiguero.

Llevo siglos soñando con otros paisajes,
sigo las rutas de naves distintas
algunas varadas en arenas rojas.
Aunque viva perdido
en el laberinto escondo el sustento,
los víveres precisos para seguir buscando
en tus caminos invisibles.


martes, 13 de noviembre de 2012

Huelga General (2)

La Huelga General, no es lo que era. Antes, cuando los obreros eran pobres, una Huelga General daba gusto: derribaba un régimen. Hoy una Huelga General no derriba nada. El sistema se hunde con nosotros dentro. Hoy una huelga general derriba aquellas falsas ilusiones. Las ilusiones que nos hicieron tener. Ilusos. Tan sólo eran pases de magia: nada por aquí, nada por allí, y nos birlaban la cartera. La vergüenza. Nos comían la moral. Nos dejaban sin dignidad. Ilusión es ese estado hinóptico donde un trabajador imita al conejo de la chistera, volteada una y otra vez, por las hábiles manos de un mago burgués.

Hoy una Huelga General es un pacto de amistad y buena concordia. Es una huelga educada. Es esa ponderación que se les pide a los obreros, que deben tener, imitadores exactos de los defectos bellos de la burguesía. La escolástica, joder. La escolástica. ¿Que no les enseñamos en nuestras escuelas modales suficientes?

Incluso pareciera que el sistema, o los empresarios (¿no es lo mismo?) necesiten una huelga para identificarse con sus explotados. Tú me haces una huelga y yo te descuento el día. Se acoplan. Se unen, se desean. Y vuelta a empezar. Hay  amores que no matan. Y explotados y explotadores se extrañan. Se quieren. Mañana todos a la huelga. A ese onanismo de trabajadores tristes. Solitarios. Incapaces de follarse a Dios.

Una Huelga General, tal como está el patio de las emociones melifluas de los trabajadores, tendría éxito de la manera siguiente: todos los jueves que Vallejo cifró como precisos para miércoles estáticos e incómodos, (¡Oh alma! ¡Oh pensamiento! ¡Oh Marx! ¡Oh Feüerbach!) huelga general. Voy a repetirlo, por si me enredé de rosas trepadoras: TODOS LOS JUEVES, HUELGA GENERAL.

¿Por qué un jueves? Porque es nuestro. Porque forma parte de nuestro tiempo de esclavos y de trabajo. Y de dudas metafísicas. Porque está en medio de la semana y no levanta sospecha: "estás en el medio, como los jueves". Y porque necesitamos un jueves primordial. Lo dice Vallejo.


Como un dibujo antiguo

Qué pena que no me nombres
ahora que empiezo a desaparecer
de los diccionarios
y ya no soy una palabra
sino un milagro que merodea el agua
de los charcos
el agua de lluvia
gota a gota borrándose
de los labios sedientos.
Ahora que va cayendo lenta
la lluvia como un dibujo antiguo
y la oigo levantarse
entre nubes apagándose con la lentitud
de la belleza que tienen todas las criaturas
que van a morir.
Ahora había que lavarse delante del espejo
comprobar que la carne guarda algún despojo
de sueño irrealizable.
Ahora que la lluvia comienza
acabando por desaparecer.


lunes, 12 de noviembre de 2012

Cabinas telefónicas


En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de
     labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
     que con el escote ensangrentado se refugian
     allí para morir.
-Pere Gimferrer-


En las tiendas de mi barrio se esconden
mujeres asustadas.
Con un temblor triste
huyen de maridos celosos y violentos.
Compran leche, lejía, escobas,
pan y algunas libros
que luego leen a escondidas
aprendiendo a huir, a soñar que sueñan,
a no cejar en los intentos,
y por fin,
aprendiendo a volar, escapan
dejando un rastro de amores amargos,
superada por fin la baba del miedo.

Subiendo por centros gravitatorios
en islas remotas se refugian,
crean grupos fuertemente armados,
conociéndose o tocándose,
amando la huella virgen,
el punto cero de su carne.

En las calles de mi barrio
ya no quedan cabinas telefónicas
pero sí un eco de mujeres
llamándose en la noche.