miércoles, 12 de septiembre de 2012

Dómine y Máscara

Con destreza inusitada
arrojó lejos de mí el doloroso cosmético,
el artístico carmín,
el perfil de lápiz
que en un largo y laborioso maquillaje
había dibujado ante el espejo,
y sobre la colcha de la cama entabló
un cuerpo a cuerpo de besos
con la otra.

Yo lo contemplaba todo
desde una lágrima enorme 
de rodillas postradas,
desde la más triste desnudez
de unas frías y frágiles caderas
derramándose.
Y quise sujetarte, como se sujeta
la noche y sus embozados.
Abrazarte, como se abrazan
las sombras que van a perderse
para siempre en la otra luz.



7 comentarios:

Ángel Muñoz dijo...

Sencillamente genial, Tomás. Un aplauso merecido.

VICTOR VERGARA dijo...

Es una ola vespertina y roja en el cielo.

Saludos

VICTOR VERGARA dijo...

O matutina, a saber...

Isolda Wagner dijo...

Conmovedor, no se me ocurre mejor adjetivo.
Un beso, siempre.

Tomás Rivero dijo...

Ángel, otro aplauso genial para ti.

Saludos

Tomás Rivero dijo...

Victor, es un atardecer de invierno suave en el sur.

Saludos.

Tomás Rivero dijo...

Un beso conmovedor de máscaras borrándose de los espejos, Isolda.