jueves, 5 de enero de 2012

Con la yema de sus dedos

...y al alcanzar la calle vio el breve sujetador de finísimo encaje
arrebujado como un pájaro muerto al pié de un árbol.
-Juan José Millás-

Importancia y sentido
casualidad
ese encuentro de trazos
dibujados en el aire
ese otro aire
que era viento entre los dedos
o también cuando se habla de aquella historia de amor
entre un hombre de 57 años y una mujer de 17.
Esa historia
que tiene un final bello y feliz:
el fin, la nada, el todo, la búsqueda,
la belleza marchitándose
alejándose como el vuelo
de las aves
o las huellas en la arena.

Ella tan sólo miraba los ojos
tan cansados de aquel hombre
tan sabio.

Él tocaba con la yema de los dedos
su boca entreabierta.

Y lloraba sin parar.

10 comentarios:

Marcela Lokdos dijo...

mira que soy dura, pero me hiciste llorar con aquel hombre. lo sentì cerca, en la yema de mis dedos.
Un beso dactilar.

José Baena dijo...

Feliz año nuevo, caballero. Siempre me sobrecoge la belleza triste que destilan sus poemas. El fin: la nada, el todo: la búsqueda. ¿Porque qué queda si no es eso? Buscar y buscar y reir y llorar. Y quizá escribir por el camino. Un fuerte abrazo.

Tomás Rivero dijo...

Un beso, Marcela.

Tomás Rivero dijo...

José, feliz año.
Del dragón, dicen los chinos. Buen año. Creo que bueno para la poesía.

La belleza triste... tienes razón.

Quizás lo más difícil sea demostrar que es ahí donde está la belleza: en esa parte triste.
Por ejemplo: saber que no puedes vivir sin ella y demostrarle al paisaje que sí puedes. Evidentemente ella nunca irá al paisaje a preguntarle, para saber si tú la amas. Y esa es la búsqueda. No de ella, ni tuya, ni siquiera del paisaje: de la belleza.

Pero lo que nunca se entenderá, es para que quisiste demostrar al paisaje la belleza de esa búsqueda. Y no a ella.

Tal vez ella entienda un día, que se traba de un todo: la belleza. Ella incluida.

Un fuerte abrazo, amigo.

María Socorro Luis dijo...

Pienso también, que la belleza, casi siempre, es un sentimiento triste. y la tristeza, a veces, un sentimiento dulce.

Abrazo a los tres

Tomás Rivero dijo...

Cien por cien, Soco. Así es. Pero a mí me parece perfecto. Me parece que así debe ser.

Un beso.

Shandy dijo...

Ya lo habéis dicho: belleza y tristeza. Melancolía, sí, el sentimiento de ser seres imperfectos, de ser carencia y búsqueda, de refugiarnos en la belleza que nos salva y nos vence.

Tomás Rivero dijo...

Bueno Shandy, ¿y cuando me dejas que lea tus poemas?

Shandy dijo...

Tomás, ¿poeta?, ¡Zapateta! Si acaso narradora y con humildad. Le debo a la lectura sentir pudor poético, pero a veces salen textos que no me atrevo a calificar ni a encuadrar. Te dejo algunas entradas de épocas distintas:
http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/2011/01/naderias-y-despueses.html

http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/2011/02/las-mil-y-una-lunas.html

http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/2010/09/caracolas-buguinas.html

http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/2010/05/vermello-pasador.html

Tomás Rivero dijo...

Hacía tiempo que no escuchaba decir a alguien esas palabras: pudor poético. De repente tú me lo recuerdas. Qué fácil perderlo. O qué difícil no haberlo tenido nunca.

Acudiré a esas entradas, y a lo mejor no encuentro las salidas. Y tienes que sacarme.