martes, 10 de enero de 2012

Con esa cotidianidad de las cosas recientes

Defunciones recientes en el sentimental
ruido del planeta (varios corazones dejaron
de latir, y fueron conservados en alcohol)
requieren un poco de voz que atempere
el nombre de las cosas. Ese timbre que
indique: "Fue allí donde cayeron los amantes".

Varios miles caen heridos de muerte, según las
estadísticas, que mienten como siempre.
Son millones los que dejan de amarse y sucumben
con esa cotidianidad que tienen las cosas presentes.
Esas que nos asisten, pero que nunca nos quitan
la pena.

Va, Barbara Dane.

8 comentarios:

Nená dijo...

Me gusta, es una diana limpia. Es breve y es bello. A Barbara Dane no la conocía, tiene la misma voz de la pena, buscaré más sobre ella, gracias.

Besos y un abrazo rompehuesos -es que hace mucho frío-


Nená

Tomás Rivero dijo...

Un abrazo de oso, Nená.

Tengo este vinillo que aparece en la imagen. Y que debí comprar por el año de 1976. Tiene una voz profunda y hermosa.

Un beso.

Isolda Wagner dijo...

Me gusta tu poema, Tomás. La primera estrofa es de diez y parece qu has encontrado la voz adecuada para esas tristezas cotidianas, que siempre están presentes (lo digan o no, las estadísticas)
Besos muchos, da igual si van al centro o más al sur, te llegarán, espero.

Tomás Rivero dijo...

Bueno, es un "poema dicho en voz alta", que casi no es poema. Necesita una manita de barniz.

Gracias, Isolda. Seguro que me llegan, tus besos. Te mando uno grande.

Marcela Lokdos dijo...

en vinilo debe verse la congoja. Viste como es el vinilo, la mùsica tiene espesor.

Besos Tomàs.

Tomás Rivero dijo...

Es cierto que el vinilo se oye mejor. Se escucha, eso que tú llamas espesor. Justo.

Creo que la industria del disco, se lo está pensando. Han vuelto ha parecer algunas novedades en las tiendas.

Besos, Marcela.

Shandy dijo...

La asepsia de los números, pero cuando les ponemos nombres y apellidos "nunca nos quitan la pena".
Un poema que deja un poso melancólico, escrito con la misma sencillez y hondura que tienen las cosas y las tristezas cotidianas.
También voz la de Barbara tiene hondura... Cuando yo era niña...

Tomás Rivero dijo...

Algún día te contaré la "causa" de este poema. Pero me lo tienes que recordar. Yo ya me he negado.

Mi poesía no tiene ningún motivo "especial" para estar ahí. Está. pero este poema, ni siquiera quería ser un poema. Era una respuesta a alguien.