viernes, 28 de octubre de 2011

OBRA

A veces cuando el sol se pone triste
yo uso camisa de rebelde y pobre,
fina tela clara para poder cubrirme
de esta tonta y a veces inmensa soledad,
de este tigre oscuro y vivo de luz
que a ratos soy.

Y en mis ojos callados hay reflexión
y silencio, malísimos poemas solos
que se organizaron un día
que dios estuvo anexo (perdóname césar)
o donde no debía,
e independientes de él y de todos
me deben la vida,
se deben a mí,
un ser mortal que va y se pone triste
se viste y se desviste
y da un doble salto mortal con barba de tres días
para poder fracasar con la notable rotundidad diagnóstica
de una espalda rota.

Mi angustiada obra demorada aguarda
en la sala de urgencias de algún hospital
optimista.