Uno anduvo de cabizbajo para convocar poemas
luego de rituales bajo noches brujas.
Uno de burgo a merindad reciedumbre a cada paso
levitó en vapores de humedades maniguas.
Uno acortó los pasos por toberas tránsitas
ceñido a los carpos que troquelaban a golpes
del dígito, mis noctámbulos versos.
Uno seguía hipnotizado el curso de mi poesía,
evocando que desde la soledad se construye
el textual páramo donde mora el sueño.
Y te abandonan.