martes, 30 de agosto de 2011

Corazón





…sabiendo él que le mamé con ardor.
-Catherine Millet-


Sabiendo él que le mamé con ardor
no le digas que le quiero
que piense que mi deseo creció
como su verga dilatándose
dentro de mi boca
pero que nunca sepa
que en mi corazón anida
la mejor escuela toda la técnica precisa
para amarle.
No le digas que ante su gutural espasmo le rogué
no la saques échalo dentro
que quiero llevarte en mi sangre
eternamente.
Sabiendo él que le mamé con ardor
su distancia siempre estuvo lejos.


Órdinas (21)

Montó en el caballo, pero antes de hacerlo,
vio que sus ojos estaban apagados.
La tristeza del equino le llenó de temor
y dejó que galopará a su antojo.
Ninguno de los dos tenían a dónde ir.
Caballo y jinete miraban la profunda
niebla interior
abrazando el paisaje.

El blues de la una y cincuenta llega con un minuto de adelanto

Confusión


Que da a confusión el poema que no pone énfasis
en la palabra amor, hazaña, diminuto;
que no conjuga tropa con tropel,
anillo con falsas alianzas,
villa con villanaje, hoja con ojal,
borda con abordaje, salario con sal.
Final con el fin de cada una de las cosas
que nos mueven a seguir vivos.