miércoles, 27 de abril de 2011

Cumpleaños


Hice conjeturas.
Construí cajitas de madera
con fórmulas, claves y números
y  un ovillo de oro dentro. 
Realicé un curso de idiomas.
Aprendí a moverme entre la nieve
con las piernas hundidas
hasta las rodillas.
Conocí gente que caminaba en una sola dirección.
Buscaban todos la misma pregunta.
Analicé el vuelo de un ave exótica
que nunca regresaba dos veces al mismo sitio
mas dejaba siempre con su pico
una señal en cada rama.
Comprendí que la nada existía
también con los ojos abiertos.
Y una noche de luna
cruzó una sombra el umbral
y desde entonces guardo
un íntimo secreto en la penumbra.

Hice conjeturas.
Analicé un cuerpo
como el que mira una flor.
Sentí un día la boca roja y cálida
y pensé, esto no es cierto:
estoy volviendo a ser vendaval.

Aprendí del paisaje
atemperé el páramo
con lluvia del sur en los bolsillos
y una permanente espera
a que llegaras
a que llegaras.


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Hoy es el cumpleaños de este blog. Un añito. Y en este blog se publican poemas míos que van siendo entresacados de una extensa obra, casi inédita, de varias docenas de poemarios. Creo que tan sólo en un par de ocasiones, publiqué aquí algún poema que nació “victima” del trasiego del blog.
Hoy cuelgo este poema que ha sido “victima” de su cumpleaños, para celebrar que hoy me he levantado con un fuerte dolor de cabeza y una inquietud en la nuca. Para celebrar que en esta vida no hay nada que celebrar. Que la celebración procede siempre de una carencia que necesita un recuerdo para poder seguir viviendo. No se celebre pues que una o uno, está vivo. Vivamos que cada día hay una leve brisa en el parpadeo de cada uno de nosotros. Y que los otros desde el cómplice silencio, lo saben.