domingo, 27 de febrero de 2011

Poeta

El poeta abrió con la punta del lápiz la página en blanco
y sobre aquella luz que se vació sobre la mesa
introdujo las manos y los ojos,
tocó los bordes del abecedario,
vio que dos émbolos de oro movían un carrete de plata
y siguió con las yemas de los dedos el hilo de seda
que le llevó hasta una esfera de acero,
movida en su órbita por un eco de silencio.