sábado, 12 de febrero de 2011

tiempo

Láscibos caballos acuden de la primera troje
del segundo pesebre vienen con el hambre
de un hombre sin quijada
recorren con su pie de atleta la calle
que en azul discordia
confunde las casas con hogares
Aleznas clavándose permiten
un ojal enorme de feroces claveles
rico jarrón tu laguna a veces
cuando lo triste está
más allá del botón de piedra
donde la peonía gigante crece
A media luz salieron a mansalva
treinta y tantos caballos de la noche
llevando herraduras de fuego entre las crines
maduras manzanas en los belfos

mirlo


Culebra arrastrándose ojo de ave
avizor entra la noche el rapaz
dice ahora me muevo en zigzag
hay un zaguán en el alma
que soportan los pájaros
que se atreven a la noche
el ratón también se evapora
y todo artificio se viene a plaga
los árboles testigos mudos
mi mano acariciando el alba
hay miradas distintas
en cada rama
el mundo es un recodo alegre.