Como esdrújulas pones imanes en tus sienes
y desde allí orienta la luna su furor de metal
los insuficientes besos que nunca quieres darle.
Inactiva se activa la palabra en tu lengua
de ella parte un tren cargado de palabras
que laxa pronuncias contra el lodo ancestral.
Tu labio leporino abierto a la maldad
oquedad entre dientes cuando el lirio blanco
fue puesto sobre tu carne fogosa y gélida.
Cercana ya la tumba una carta escribiste
con espinas celestes y perfume de rosas
contra el húmero negro que invadió tu tintero.
La muerte tiene aroma de cieno y miel
sabor a un beso dulce que no te dio nadie.
y desde allí orienta la luna su furor de metal
los insuficientes besos que nunca quieres darle.
Inactiva se activa la palabra en tu lengua
de ella parte un tren cargado de palabras
que laxa pronuncias contra el lodo ancestral.
Tu labio leporino abierto a la maldad
oquedad entre dientes cuando el lirio blanco
fue puesto sobre tu carne fogosa y gélida.
Cercana ya la tumba una carta escribiste
con espinas celestes y perfume de rosas
contra el húmero negro que invadió tu tintero.
La muerte tiene aroma de cieno y miel
sabor a un beso dulce que no te dio nadie.
Si te mira la luna debes abandonarte.
4 comentarios:
Para entender la poesía siempre imagino que el poeta me la ha escrito a mí y así la siento más.Me gusta.Besos.
lA MUERTE TIENE AROMA A CIENO Y MIEL
SABOR A UN BESO DULCE QUE NO TE DIO NADIE.
Que frase, conozco esos besos profundos, que duelen en lo más hondo, y qué bien los has aflorado...pedazo de poeta!!! abrazo.
Loli, a mí me pasa lo contrario: para entenderla creo que la poesía es independiente de mí, tan libre que jamás va a tenerme en cuenta.
Besos.
Laiseca, una vez más tus palabras sacándome los colores.
A mí me asombra que ya conozcas esos besos: son los que se aprenden en el tiempo. Y digo en el tiempo, no con el tiempo.
Besos.
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