jueves, 10 de febrero de 2011

almendras blancas


Yo era optimista como una modista
Yo era optimista como una pradera en flor
Yo que era un ser invencible sin miedo al apostrofe
me oculté en camisas de anchas mangas
y cuello profundo dónde se ahogaban los forasteros
A nadie di pie ni señas apagué el fuego
Yo optimista como un gusano
capaz de ser pupa bajo los aguaceros
repté a mariposa
volé
fui de nuevo alevilla resucité
junto a los bordes desordenados de los lagos
Sobre una página de barro y luna
inicié un vuelo sin rumbo
Torpe fui nómada
como los ojos malvas y solos
de los caminantes.

1 comentario:

Carmen dijo...

Me encantan las flores del almendro, me encantan me encantan y también me encanta este poema "japonés" de Tomás Rivero

"La hora más recta es cuando la almendra brota de su reacia dureza y traspone tu soledad"

René Char

un beso lunático