jueves, 21 de octubre de 2010

Pájaro sin primavera

Tu vienes de un latido extraño
como de una lengua extranjera
tu vienes a este sereno hombre
que no dispone de nido para ti
ni tiene paciencia para cantarte
a la salida del sol.


Tú vienes hasta aquí
con puntuales alas de corcho
y traes en tu vuelo
un año más de cifras inexactas
que caen dobladas del tierno
calendario azul de las estaciones.


Y aunque no sea aún primavera
y tú confundida te quedes
como siempre acurrucada junto a mí.
Pájaro sin primavera.

Chamán

Tengo una edad provecta
madura y antigua
y podría ser el maestro de tu padre.
Pero soy al margen del hombre
poeta
y creí que con eso podía conjurar
el maleficio.La capacidad de modificar
la belleza. Pero tú tienes miedo
de aquello que genera verdad.
Los días son oscuros
la noche es perfecta. Un desconocido
no es un conocido. Es una puerta
cerrada. Una melodía suena tras ella.
Las tardes son largas,
las mañanas inmensas,
un siglo es un siglo,
los años pesan, los estúpidos años
que nada significan.


Así, sí, el miedo sospecha hasta
cuando amas, de aquello que amas
con garantía de fracaso,
ese título que afianza el dolor
y ennoblece tu desinteresada entrega.


El dolor que te parte, el que más deseas,
el que reconoces como tuyo,
nacido de ti para él.
Nada fue mío desde entonces
nada será mío desde ahora
y nada en este instante
tiene dueño.
Guardo oscuras crisálidas en cajas de madera.
Las mariposas en otoño mueren de frío.
Las mías revolotean dormidas
junto al calor de bombillas
encendidas. No necesitan primaveras.
Otras flores del mal sí.
El blues “Me and my chauffeur Blues”
de Memphis Minnie.


Tu corazón junto a las oscuras crisálidas
es mío. No temas si después de hoy
una mariposa revolotea dentro de él.