viernes, 17 de diciembre de 2010

Esta noche pasé frío

Algún día cuando yo no esté
y no pueda perdonarte,
peca con todos
pues sin mí
pecado y perdón no existen.

Peca con todos y perdona tú
mi ausencia de tránsitos y alardes.
Tal vez mi ausencia de viejo perdedor.
Los perdedores siempre hemos sido
buenas personas, eso sí,
con la condición de seguir siendo
unos perdedores.

Algún día cuando yo no esté
me gustaría quererte
como si fueras de tantos
que no fueras de nadie:
una virginidad tensa
en ese peligro
que debe alejarnos para estar cerca,
como las mareas,

3 comentarios:

Ventana indiscreta dijo...

No creo en el pecado: es la mayor efervescencia religiosa contra la libertad. E incluso su pronunciación 'pecado' me parece urticante.

En cambio, sí creo en los perdedores y en los hombres buenos, sobre todos en estos.

Tomás, hoy voy un año atrasada, a posta.

Besos, inquieto.

Tomás Rivero dijo...

Yo tampoco creo en el pecado. Opino lo mismo que tú. Lo explicas muy bien.

En mi verso pecar con todos, no es pecar. Pecar con uno tal vez, incluso delito.

Vas atrasada, por lo que yo sé. Pero no quiero decírtelo.

Besos, entrañable.

Tomás Rivero dijo...

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