Tal vez no acabe nunca de hacer este poema.
-J.M. Caballero Bonald-
martes, 19 de octubre de 2010
El atril que araña las páginas, el violín que inventa su lágrima enorme, y la ola que busca su playa para fenecer, los tres igualmente me producen este gigantesco dolor de paisajes inacabados o bocetos que se tensan.
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